lunes, 1 de abril de 2013

PROCESOS Y FASES



1. Transformación democrática de la cultura escolar

Es imposible ayudar a un centro a cambiar si no se tiene clara la finalidad de ese cambio. En un principio se asumía que deberían ser los centros los que establecieran esa finalidad y los asesores deberían de limitarse a ayudar a ese proceso.

Así pues la principal tarea a la que deben sumarse los procesos de asesoramiento a los centros es la de su transformación en instituciones plenamente democráticas. Eso significa que la cultura de los centros debe construirse en clave democrática y plasmarse en una idea de curriculum, de organización y desarrollo profesional democráticos.

2. Propuesta de trabajo cooperativo

La relación entre el asesor de cada centro es el resultado, de un proceso de construcción largo y complejo en el que se tiene que ir aclarando los compromisos, tareas, finalidades, apoyos, recursos, tiempos, etc.

El asesor debe dejar bien claro que su posición no es la de un experto que va a solucionar los problemas del centro mediante la aplicación de una receta mágica que sólo él conoce y está en condiciones de  prescribir.
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Otro factor que puede dificultar una relación cooperativa de trabajo son las condiciones de trabajo de los centros.

Por otra parte, cada centro tiene su propia historia que ha configurado su actual realidad interna, lo que obliga al asesor a conocer esa historia para comprender esa realidad de actuar en consecuencia.

2.1   El centro como unidad de cambio
Existen profesores reacios a implicarse en cualquier proceso de cambio, así como el profesorado innovador está más acostumbrado a trabajar en solitario que en grupos de trabajo.
El inicio y desarrollo que se hace, dentro de un centro, habitualmente es con un grupo de personas concretas, las cuales pueden representar o no la mayoría del centro. Lo importante es hacer crecer la participación tanto del profesorado como de la comunidad en el proceso de cambio. Es importante que la información que vaya generando el proceso de cambio sea conocida por todos y este a disposición de todo el profesorado.

2.2 Concreción de la colaboración entre el asesor y el centro

Es importante que el asesor pueda ofrecer una visión a medio plazo del tipo de tareas que se pueden llevar a cabo tanto para legitimarse como apoyo externo para que el centro se haga una idea lo más clara posible de los compromisos que va a adquirir, de los recursos que puede necesitar, del tiempo que ha de dedicar y de lo que puede obtener a cambio.
Se trata de que se perciba la relación y el proceso de trabajo no corno algo errático, diletante y difuso, sino corno un conjunto de actuaciones que pueden ayudar a la solución eficaz de nuestros problemas
Se debe dar una construcción conjunta de una relación productiva entre el asesor y el centro para comenzar un proceso de mejora. El atributo «construcción conjunta» pone el énfasis en el carácter procesual y colaborativo de estas tareas.
Se trata de construir un clima que posibilite un compromiso posterior con la mejora de alguna de las dimensiones del centro.

3. Generación de procesos y actitudes

Lo que se debe procurar es que esos procesos vayan desarrollándose progresivamente, tanto en cantidad como en calidad, porque es el poso, el «currículum oculto», que va a ir asentando las bases de una nueva cultura escolar y consolidándola a lo largo del tiempo.
Los procesos básicos que deberían generarse al tiempo que ayudamos a resolver los problemas de los centros, incluiríamos, sin duda, los de: participación, implicación y compromiso, deliberación y decisión conjunta, apropiación, construcción compartida de la realidad, apoyo mutuo y análisis, reflexión y comprensión.
Los principales criterios a la hora de decidir acerca de las estrategias y técnicas que se vayan a utilizar para dinamizar el trabajo debe ser «favorecer la participación de todos los miembros implicados en el proceso de trabajo».
El asesoramiento debe contar con indicadores claros y sencillos de observar para comprobar el progreso de estos procesos

4. Capacitación de la escuela

El éxito de un proceso de asesoramiento se podría cifrar en la medida que el apoyo externo se va haciendo cada vez más prescindible o menos necesario.
El asesoramiento debe procurar que el profesorado realice las tareas más convenientes en cada momento, pero también que comprenda su naturaleza y sentido para que las puedan plantear y resolver autónomamente, sin necesidad de que el proceso de mejora esté dinamizado por el asesor, ni siquiera que esté presente físicamente. Y ello no siempre es fácil de conseguir por varios motivos.

5. Investigación y solución de problemas práctico.

Los procesos de mejora depende más del clima de trabajo que se haya conseguido construir, del grado de confianza que se haya establecido entre el profesorado y de los compromisos que se esté dispuesto a asumir, tanto por el profesorado y la escuela como por el asesor o asesora externos.

Principales tareas:




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